Saunas y baños de vapor
El modelo de sauna finlandesa ha llegado a nuestros días desde la antigüedad y, al igual que entonces, se vincula con el ocio y el cuidado del cuerpo. Estas saunas se construyen usando materiales de primera calidad y tecnología puntera.
Aunque todos sabemos que una sauna por sí sola ni cura ni previene dolencias físicas, sí promueve el bienestar general y tiene efectos muy beneficiosos para la salud como por ejemplo la relajación, la estimulación de la circulación sanguínea o la limpieza de toxinas y apertura de los poros de nuestra piel.
Otro tipo de sauna que ha llegado a nuestros días son los baños de vapor o quizás más conocidos por sus otros nombres según la zona geográfica o época en la que nos inspiremos: hammam, baño turco, baño romano, sauna de vapor, etc.
Hoy en día los baños de vapor se inspiran en los tradicionales sudatoriums en los que se genera vapor de agua para subir la temperatura y humedad de un habitáculo pero usando tecnología moderna.
Por último, la principal diferencia del baño de vapor con respecto a la sauna seca sería que gracias a la hidratación del ambiente ayudamos a hidratar más la piel y a humidificar las vías respiratorias.